Los huevos son ingredientes maravillosos y complejos. Lo que se puede lograr en cocina con este alimento es realmente impresionante. Esto, claro está, siempre que se haga correctamente y se respete el producto. A pesar de que hay preparaciones que lucen más difíciles, como los huevos pochados, uno de los procedimientos más complicados de lograr es freír huevos.
Sí, conseguir un huevo frito perfecto, que quede redondito, bien cocido y con la yema húmeda es todo un reto. Lo mismo ocurre con las tortillas u omelettes, las cuales necesitan de una técnica adecuada y el tiempo preciso para que queden óptimas.
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Incluso, en las competencias televisivas de gastronomía y en las pruebas de admisión para restaurantes y academias, les solicitan a los aspirantes que preparen un buen huevo frito. Para evitar malas preparaciones, trate de no cometer las siguientes equivocaciones:
- Usar fuego demasiado alto
El error más común es el de colocar los huevos en sartenes que estén demasiado calientes, por estar sobre una llama demasiado intensa. Al hacer esto, los huevos comienzan a secarse y no quedan tiernos como deberían, aunque a algunos les gusta comerlos así.
Lo recomendable es usar fuego medio-bajo, sin importar si se trata de huevos revueltos, fritos u omelettes.
- Cocinarlos en sartenes dañadas
Se tiene que tomar en cuenta que para lograr los mejores huevos se deben preparar en una sartén antiadherente, y que preferiblemente esté en muy buen estado. Si se usa alguna que ya esté desgastada, es muy probable que se peguen y no queden bien. Por eso, es importante usar espátulas y paletas de plástico y no de acero, pues pueden dañar la superficie de la sartén.
- Colocar demasiada sal
Nada más desagradable que un huevo soso o demasiado salado. La verdad es que no hay una cantidad exacta de sal que se le deba añadir, pues no todos los huevos son del mismo tamaño ni de la misma calidad.
Lo mejor que se puede hacer es apenas rociarlos con tan solo una pizca de sal y un poco de pimienta negra recién molida. En todo caso, es mejor que le falte sal a que le sobre.
- Romperlos con el borde de la sartén o cubiertos
Abrir los huevos es todo un arte. Ver a chefs que los abren con una sola mano o a japoneses dejándolos caer sobre una espátula es realmente frustrante para los que los rompen con el borde de la sartén o con un tenedor.
Lo recomendable para abrir un huevo es estrellarlos contra una superficie plana, como por ejemplo una tabla o un mesón. Al hacerlo con algo filoso, la cáscara se resquebraja en trozos más pequeños y estos tienden a caer dentro de la preparación.
Asimismo, si se parten con demasiada fuerza, puede caer huevo en zonas no deseadas de la sartén o la cocina. Hay que ser cuidadosos al respecto.
- Dejarlos reposar en el plato
Es ley de un huevo comérselo apenas esté listo. Si pasa demasiado tiempo esperando, se enfría y pierden su encanto. Nada mejor que un platillo con par de huevos calientes, tocineta, pan tostado y jugo de naranja. De lo contrario, sería tan solo un montón de ricos ingredientes con unos huevos aburridos.
Tome en cuenta estos apuntes y de seguro sorprenderá a su familia la próxima vez que les sirva el desayuno.
Vía: Informe 21