La esgrimista egipcia Nada Hafez, de 26 años, desafió todas las expectativas al competir en los Juegos Olímpicos de París 2024 mientras estaba embarazada de siete meses. Su participación no solo fue una muestra de su increíble habilidad y resistencia, sino también un poderoso testimonio de la fuerza de las mujeres y madres en el deporte. Hafez, quien ya había representado a Egipto en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y Tokyo 2020, se convirtió en un símbolo de determinación y coraje al avanzar hasta los octavos de final en la categoría de sable.
Nada Hafez compartió su experiencia a través de sus redes sociales, revelando los desafíos físicos y emocionales que enfrentó durante su embarazo mientras se preparaba para la competencia más prestigiosa del mundo. “Lo que a ti te parecen dos jugadoras en el podio, ¡en realidad eran tres! ¡Éramos yo, mi oponente y mi bebé que aún no ha llegado a este mundo!”, escribió Hafez en Instagram, expresando su orgullo por competir embarazada. Su relato no solo captura la ardua travesía de una atleta en plena gestación, sino también el delicado equilibrio que tuvo que mantener entre su vida personal y profesional.
La esgrimista, que también es graduada en Medicina con especialización en patología clínica, demostró una notable tenacidad al avanzar una ronda tras vencer a la estadounidense Elizabeth Tartakovsy, número siete del mundo, con un marcador de 15-13. Este logro, en sí mismo una hazaña monumental para cualquier atleta, adquiere una dimensión aún mayor considerando su estado de embarazo avanzado. Sin embargo, su camino se detuvo en los octavos de final, donde cayó ante la surcoreana Jiyoon Hyung con un marcador de 15-7.
A lo largo de su carrera, Nada Hafez ha sido un ejemplo de dedicación y pasión. Su participación en París 2024, a pesar de las circunstancias, resalta su compromiso inquebrantable y su amor por la esgrima. “La montaña rusa del embarazo es dura de por sí. Tener que luchar para mantener el equilibrio entre la vida y el deporte fue una tarea agotadora, pero valió la pena”, afirmó Hafez, reflejando el sacrificio y la resiliencia que caracterizan a los atletas olímpicos.