Con tres juegos seguidos sin anotar y cinco derrotas consecutivas, los del Bronx viven una crisis que revive fantasmas. Ni Aaron Judge se salva: 3 de 24 en sus últimos siete juegos, con 15 ponches y sin su acostumbrado control de la zona. El equipo batea .164 y no ha conectado jonrones fuera de Judge en más de 70 entradas.
La noche del martes, Kyle Hendricks los dominó con autoridad, y aunque el cuerpo de lanzadores de Nueva York ha mantenido una efectividad de 1.48, no hay victorias sin carreras.
Aún mantienen un 95.7% de posibilidades de clasificar a playoffs, pero su ventaja en la División Este se ha reducido. Boone insiste en que “volverán a ser la mejor ofensiva”, pero mientras no despierten, el reloj corre.