A lo largo de más de 75 temporadas, solo tres leyendas de la NBA han logrado lo que Shai Gilgeous-Alexander está a punto de alcanzar: Kareem Abdul-Jabbar (1971), Michael Jordan (cuatro veces) y Shaquille O’Neal (2000). ¿Qué tienen en común? En cada una de esas campañas fueron máximos anotadores, MVPs de temporada y MVPs de las Finales.

Shai ya tiene en el bolsillo dos de esos tres reconocimientos:
Fue el máximo anotador de la temporada 2024-25 y ganó el MVP de la liga. Le queda uno: el MVP de las Finales. Pero para eso, necesita brillar como nunca en el Juego 4.
🇨🇦 Represent The Canadians 🇨🇦
— NBA Canada (@NBACanada) June 9, 2025
Shai Gilgeous-Alexander | vs. Indiana - Game 2
34 POINTS
8 ASSISTS
5 REBOUNDS
4 STEALS#NBAFinals pic.twitter.com/VncX1prygk
Sus actuaciones en las Finales 2025 no han sido para menos.
En los dos primeros partidos, Shai anotó 72 puntos, rompiendo un récord histórico. En el tercer encuentro, sumó su noveno partido consecutivo en casa anotando más de 30 puntos, uniéndose a Wilt Chamberlain en una hazaña reservada para titanes.
Tyrese Haliburton with the steal & slam 💥 pic.twitter.com/t4FPxM2f3I
— Indiana Pacers (@Pacers) June 12, 2025
Después de romper récords en los primeros dos juegos de la serie (72 puntos combinados y nueve juegos consecutivos en casa con más de 30 puntos) uniéndose a Wilt Chamberlain en una hazaña reservada para titanes, el Juego 3 fue un golpe frío. Indiana lo anuló. Con una defensa feroz comandada por Myles Turner y Aaron Nesmith, Shai no encontró ritmo. El Thunder fue limitado a 18 puntos en el último cuarto, su peor marca en los playoffs.

Pero las estrellas responden bajo presión, y el Juego 4 se presenta como la prueba definitiva para Gilgeous-Alexander. De su capacidad para recomponerse depende no solo el destino de Oklahoma en estas Finales, sino su entrada al Olimpo de la NBA.
En una NBA que busca al sucesor de las grandes leyendas, Shai Gilgeous-Alexander ya no es solo una promesa:
Con solo 25 años, Shai ha demostrado ser uno de los jugadores más completos de su generación. Su IQ de juego, su explosividad y su consistencia lo han llevado hasta aquí. El viernes, frente a un Indiana inspirado, necesita volver a ser ese jugador imposible de marcar. Porque la historia lo espera... pero también puede cerrarle la puerta.