La política ecuatoriana entró en terreno de incertidumbre tras la suspensión temporal del referéndum convocado por Daniel Noboa. La Corte Constitucional bloqueó el decreto presidencial que buscaba abrir paso a una Asamblea Constituyente, generando un pulso entre los poderes del Estado que mantiene al país en vilo.
Noboa había propuesto la consulta popular para noviembre con la intención de elegir 80 constituyentes que redactaran una nueva Carta Magna. Su argumento: Ecuador necesita leyes más duras para enfrentar el poder del narcotráfico y de las bandas criminales que han sembrado terror en barrios, puertos y fronteras.
Daniel Noboa insiste en que Ecuador necesita liberarse del “secuestro institucional”.Los jueces, sin embargo, advirtieron que deben revisar cinco demandas de inconstitucionalidad antes de autorizar cualquier consulta. En un comunicado, señalaron que no son “enemigos del pueblo”, sino defensores de sus derechos fundamentales. Esa declaración contrasta con los señalamientos de Noboa, quien acusa al tribunal de “trabar” la voluntad ciudadana.
Los homicidios se dispararon más de 600% en los últimos seis años, convirtiendo a Ecuador en uno de los países más violentos de Sudamérica. Antes considerado una “isla de paz” entre Colombia y Perú, hoy lucha por contener la expansión del crimen organizado.
El choque entre Ejecutivo y Corte no es nuevo
Proyectos anteriores del mandatario también fueron frenados, lo que ha provocado protestas masivas y una narrativa de confrontación directa. Noboa asegura que la Constituyente es “esencial” para liberar al país del “secuestro institucional” y devolver el poder al pueblo.


