El Dalai Lama, líder espiritual del budismo tibetano, ha confirmado este miércoles que tras su fallecimiento sí habrá un sucesor, al asegurar públicamente que se reencarnará, tal como dicta la tradición religiosa.
A pocos meses de cumplir 90 años, el influyente líder dejó claro que será la Fundación Dalai Lama, una organización sin fines de lucro que él mismo estableció, la única entidad con autoridad para identificar y validar su futura reencarnación.
Con esta declaración, el Dalai Lama busca cerrar la puerta a cualquier intento de manipulación política, en especial por parte de China, que en el pasado ha intentado ejercer control sobre este proceso espiritual.
“China no tiene ningún papel que jugar en esto”, recalcó el Dalai Lama en una postura firme que marca distancia del Gobierno de Pekín, que ya en anteriores ocasiones ha afirmado que solo ellos pueden aprobar la reencarnación del Dalai Lama, en un intento por controlar al budismo tibetano dentro de su territorio.
Las declaraciones del líder espiritual avivan el debate internacional sobre la autonomía religiosa del Tíbet y los intentos de China por influir en instituciones tradicionales y milenarias.
Actualmente, el Dalai Lama reside en el exilio en la India, desde donde continúa su labor espiritual y humanitaria a través de la fundación que lleva su nombre.