Dos violentas explosiones estremecieron este jueves las inmediaciones de la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, en Cali, dejando una estela de muerte y destrucción. Según las autoridades, se trató de un atentado con un camión bomba que cobró la vida de al menos seis personas y dejó cerca de 70 heridos, convirtiéndose en uno de los ataques más graves registrados en el suroeste del país en los últimos años.
La jornada de terror se completó en Antioquía, donde un helicóptero de la Policía Antidrogas fue derribado en un hecho que las fuerzas de seguridad atribuyen a las disidencias de las FARC.
El presidente Gustavo Petro confirmó el número de víctimas mortales y responsabilizó al Estado Mayor Central (EMC), la facción más poderosa de las antiguas FARC, por lo ocurrido. Petro señaló que se trata de una “reacción terrorista” a la ofensiva militar que el Ejército desarrolla en el Cañón del Micay, en el departamento del Cauca, bastión estratégico de ese grupo armado.
Restos de un vehículo destrozado en Cali este jueves 21 de agosto. / Getty ImagesLas autoridades colombianas han reforzado la seguridad en varias regiones del país y adelantaron que no cederán ante la presión violenta de las disidencias, al tiempo que equipos de rescate continúan atendiendo a los heridos y removiendo escombros en Cali.
El atentado ha generado conmoción nacional e internacional, en un momento en que el Gobierno insiste en avanzar con procesos de paz parciales con los distintos grupos insurgentes que aún operan en Colombia.



