En esta fecha se cumple el periodo de condena por lavado de dinero que cumplían en una cárcel estadounidense los hermanos Ricardo y Luis Enrique Martinelli Linares, hijos del expresidente de la República.
Y aunque aún no está claro si llegarán inmediatamente al país y en qué condiciones, llama la atención el silencio que han mantenido las autoridades judiciales, y ni hablar el presidente de la República.
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Los Martinelli Linares fueron condenados en el contexto de un caso de corrupción considerado el más grande en Latinoamérica de todos los tiempos: las coimas que pagó Odebrecht a cambio de contratos.
En el caso panameño, ello se tradujo en la pérdida de millones de dólares del erario en un país con muchas carencias y recursos limitados. De allí que este silencio, que en el caso del Ejecutivo se excusa con la no interferencia en asuntos de la justicia, solo puede traducirse como una complicidad con actos de corrupción y sus autores. Hay asuntos en los que solo caben pronunciamientos verticales y contundentes.
