El exrepresentante de Calidonia, Ramón Ashby, no logró zafarse de la justicia. Un tribunal de apelaciones le cerró la puerta a la posibilidad de cambiar la celda por escoba, al confirmar que deberá cumplir 60 meses tras las rejas por el delito de peculado doloso agravado.
Ashby, quien ocupó el cargo entre 1999 y 2003, fue condenado por apropiarse de más de medio millón de balboas (B/. 505,469.05) de la Junta Comunal de Calidonia. El veredicto fue ratificado por el Tribunal Superior de Apelaciones del Primer Distrito Judicial, integrado por los magistrados Omaira Jaramillo, Adilio González y Felipe Weisome, quienes respaldaron la decisión de una jueza de cumplimiento que ya había negado sustituir la pena por trabajo comunitario.
La defensa del exrepresentante intentó que su cliente pagara su deuda con la sociedad desde la calle, pero ni el Ministerio Público ni el tribunal compraron esa idea. Según la Fiscalía Anticorrupción, representada por el fiscal Javier Cuadra Herrera, el delito fue demasiado grave y el daño al erario público lo suficientemente contundente como para negarle ese beneficio.
La investigación reveló gastos fantasmas, fondos sin justificar y un manejo opaco de los dineros públicos asignados a la junta comunal durante su administración. Fue un informe de la Contraloría General de la República el que destapó las irregularidades, señalando pagos y asignaciones que no cuadraban por ningún lado.
Durante la audiencia, la defensa, encabezada por la abogada Gladys Quintero, no logró convencer al tribunal de que Ashby cumplía con los requisitos legales para acceder a una medida alterna. El fallo fue categórico: no hay condiciones para aplicar el reemplazo de la pena, y se ordenó que el exfuncionario siga cumpliendo su condena en prisión.
Con esto, se sienta un nuevo precedente en casos de corrupción local. En tiempos donde se debate con fuerza la eliminación de las “botellas” y el uso discrecional de fondos públicos, el caso Ashby es un recordatorio de que, al menos en algunos casos, la justicia sí toca la puerta del poder.
Los moradores de Calidonia, mientras tanto, miran con atención el caso que alguna vez sacudió su comunidad. Y aunque el proceso tomó años, el exrepresentante terminará pagando su deuda donde corresponde: entre rejas.