Panamá recibió este miércoles el segundo lote de vacunas con un total de 67 mil 860 dosis de la farmacéutica Pfizer-BioNTech, luego de que aterrizara con el cargamento un boeing 767 de DHL en el Aeropuerto de Tocumen.
Con estas dosis se podrá continuar la etapa 1 de la fase 1 del plan nacional de vacunación que lleva a cabo el Programa Ampliado de Inmunización (PAI) del Ministerio de Salud (Minsa), el cual empezó el pasado 20 de enero, cuando llegó al país el primer lote de 12 mil 840 vacunas.
El arzobispo, José Domingo Ulloa, se refirió este miércoles a varios temas nacionales, entre ellos el nuevo proceso de distribución de vacunas contra la covid-19 en el país.
Ulloa hizo un llamado para que se respete la fase que le corresponde a cada panameño y pidió que nadie “juegue vivo” en omitir la fase que le corresponde.
“En la pandemia como en la cuaresma hay dos realidades, o salimos mejor o salimos peor, y por eso la iglesia nos ayuda a tomar conciencia para descubrir que sentido tiene mi vida cotidiana o de fe”, expresó.
Recordó que, aunque llegaron las vacunas las personas no deben bajar la guardia en la lucha contra la covid-19.
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“Una justicia tardía no es justicia”
Antes de iniciar la celebración religiosa por el Miércoles de Ceniza en la basílica menor Don Bosco, el líder de la iglesia católica en Panamá, se pronunció además, por el escándalo desatado por un informe que denuncia abuso sexual y maltrato físico y psicológico contra menores en albergues públicos y privados, bajo la responsabilidad de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senniaf).
Ulloa manifestó que se debe llegar hasta las últimas consecuencias, porque la niñez es un problema de todos e insistió en que se debe tener cuidado en hacer juicios mediáticos.
“Las estructuras en la que se fortalece nuestra nación, nuestra sociedad y nuestra familia hay que transformarlas. Exhortamos a las autoridades a actuar con ligereza, ya que una justicia tardía no es justicia”, afirmó.
Agregó que es inaceptable y condenable, que puedan existir centros que en vez de garantizar condiciones para el desarrollo de la niñez y la juventud, los prostituyan y hagan daño.
“Conocer sobre los posibles maltratos y abusos a niños, quienes ya viven una tragedia por no estar con sus padres en un hogar estable, nos llena de profunda tristeza. La Iglesia Católica ante estos hechos tiene cero tolerancia”, aseguró.
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El martes, la directora del Senniaf, Mayra Silvera, recorrió seis centros en el área metropolitana y confirmó que ocho albergues para menores de edad ha cerrado la entidad desde julio de 2019.
La junta directiva de la institución, que se declaró en sesión permanente la semana pasada tras conocerse el informe de la Comisión de la Mujer de la Asamblea Nacional que confirmó presuntos abusos en albergues, acordó obligar al Comité Nacional de Supervisión y Monitoreo a efectuar una “supervisión urgente” en dichos centros y proceder a cerrar, como se dijo, los que hubiesen incurrido en “faltas muy graves”.
Ante los hechos denunciados se han realizado varias protestas en los predios de la institución.
