La mayoría de los equipos de la Fórmula 1 quieren tener a sus pilotos para el año que viene lo más temprano posible y ya quedarse tranquilos. La escudería Toro Rosso no es la excepción, y ya demostró su interés por un nombre de mucho peso pese a no haber debutado en la máxima categoría: el alemán Mick Schumacher, hijo del heptacampeón de la categoría.
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De los actuales pilotos de Toro Rosso, Pierre Gasly emigrará a Red Bull, mientras que los directivos tienen bajo la lupa al neozelandés Brendon Hartley.
Ante la falta de talentos en la academia de Red Bull, las posibilidades de contratar a un piloto de afuera son grandes y los que sonaron para la escudería fueron los experimentados Daniil Kvyat (Rusia), Sébastien Buemi (Suiza) y Jean-Éric Vergne (Francia).
La edición italiana del portal Motorsport.com publicó que Toro Rosso inició algunas conversaciones con el círculo íntimo de Mick Schumacher para ver la posibilidad de que corra en uno de sus autos en 2019. De todas maneras, por ahora todo apunta a que el joven piloto alemán tiene pensado competir antes en Fórmula 2 para seguir tomando experiencia.
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Mick, de 19 años, tiene 20 puntos de los 40 que se necesitan para que le den la Superlicencia y así correr en Fórmula 1. Pero en caso de quedarse con el campeonato de Fórmula 3 Europea, donde está segundo en la tabla, conseguiría los restantes.
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En el último tiempo, sólo dos pilotos de Fórmula 3 subieron directamente a la Fórmula 1. El primero fue el belga Max Verstappen, que llegó en 2015, y el segundo el canadiense Lance Stroll, que fue a Williams en 2017.
