El técnico de la Selección de Ecuador, el colombiano Hernán Darío Gómez, fue herido de un balazo en la pierna derecha la noche de un martes 8 de mayo del 2001 en Guayaquil.
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Gómez se encontraba en el Hotel Hilton Colón en compañía de varios integrantes del cuerpo técnico y de directivos de la Federación Ecuatoriana cuando supuestamente un grupo de personas pertenecientes al club Santa Rita fueron a reclamar por no haber convocado en su momento a Dalo Bucaram, hijo del ex presidente ecuatoriano Abdalá Bucaram, para la Selección Sub-20 de ese país.
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Alejandro Barragán, dirigente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, informó en ese entonces que Gómez fue agredido verbalmente por José Rodríguez , quien estaba acompañado de cuatro guardaespaldas.
Barragán dijo que Rodríguez gritó palabras soeces contra el entrenador, culpándolo de dejar fuera de la selección a Bucaram. Agregó que de pronto uno de los guardaespaldas de Rodríguez sacó un revólver y disparó tres veces contra el entrenador, impactándolo con un tiro en el muslo derecho, cerca de la ingle y una fractura en la nariz.
Los agresores lograron huir del lugar, aprovechando la confusión del ataque, dijeron los informantes.
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Rodríguez era dirigente del partido Roldosista Ecuatoriano y presidente del equipo de fútbol Santa Rita, de la segunda división, en el que jugaba el hijo del ex presidente Bucaram.
Gómez fue trasladado a la Clínica Kennedy de Guayaquil, Teófilo Lama, director del centro médico, indicó que Gómez estaba fuera de peligro y que permanecería en la clínica hasta el viernes.
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En ese mismo año, pero un 10 de abril Hugo Gallego, quien había sido nombrado como técnico de la Sub-20 para el Mundial de Argentina, renunció después de ser agredido cuando abordaba un taxi en Guayaquil. El ecuatoriano Fabián Burbano, que dirigió el equipo en el suramericano de la categoría, volvió a quedar al frente del equipo.
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Gallego denunció que había recibido presiones para convocar a Bucaram al plantel. El propio Gómez admitió que había pensado dos veces en la posibilidad de renunciar, aunque decidió quedarse en el cargo cuando le garantizaron velar por su seguridad.
Tomado de una publicación de El Tiempo, con información de Agencias