La tranquilidad propia de un domingo en el Centro Materno Infantil del distrito de Antón, en la provincia de Coclé, se vio interrumpida de manera abrupta al escucharse los gritos de moradores del sector que solicitaban ayuda, tras registrarse un fatal accidente de tránsito el pasado 5 de marzo, a pocos metros de este centro de salud.
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Juan Antonio Isaza Ubarte, quien es conductor en este centro de salud y estaba de turno ese día, recuerda muy bien cómo llegaron varios muchachos vecinos del sector en búsqueda de una ambulancia, estos gritaban que había ocurrido un accidente y necesitaban ayuda.
Jamás imaginé que se trataba de tanta gente', dijo el hombre. 'La verdad es que salimos enseguida al sitio del accidente; al inicio se pensó que eran pocos los heridos y que no había ningún muerto', narró.
En acción
Las enfermeras Patria, Eira y Nitzia estaban de turno y con los doctores Yarelis Márquez y Dennis Chacón enseguida se pusieron en acción, junto con otros médicos y enfermeras, unas 15 en total que viven en Antón y se pusieron a la orden ante la dimensión del hecho.
Miss Aura Samaniego indicó que ella ese día estaba libre, pero que una vez conoció de la tragedia se alistó y llegó al hospital, donde muchas manos llegaron para ayudar.
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Samaniego contó que las pocas camillas y las habitaciones para atender a las parturientas que hay en el sitio se llenaron rápidamente, por lo que hubo que ubicar a los heridos en el piso. Allí canalizaban y limpiaban las heridas, y si la condición del paciente era de gravedad, lo trasladaban al Hospital Aquilino Tejeira, en Penonomé; al Rafael Estévez, en Aguadulce; y al Hospital Santo Tomás, en la capital.
Fue esencial
La enfermera indicó que había pasado poco tiempo desde el carnaval, por lo que el centro hospitalario del Ministerio de Salud contaba con muchos insumos, por lo que la atención fue rápida y expedita.
No es que falten los insumos aquí, pero la atención que se brinda no es en el volumen de lo que se dio por el accidente', expresó.
Siempre que se implementa el plan de contingencia a nivel nacional por alguna celebración, los centros y hospitales son dotados de insumos.
También ayudó mucho que el Materno Infantil labora las 24 horas.
Todos en este centro ayudaron a colocar vendas, a pasar jeringuillas, a buscar medicamentos, a trasladar a los pacientes, un trabajo arduo para salvar más vidas.
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Las primeras horas de atención fueron determinantes, algo que jamás voy a olvidar es que muchos pedían agua y comida, comentó Samaniego. Y es que los pasajeros del bus solo habían comido cuando salieron de Bocas del Toro hacia Panamá, dijeron algunos de ellos, cuyas heridas eran menos severas.
Muchos murieron con hambre y esto es realmente muy triste', explicó la jefa de enfermeras.
Las enfermeras y personal administrativo relatan que pensaron que nadie había muerto porque la acción fue rápida, pero cuando los heridos fueron evacuados, gracias también a la acción de la Fuerza de Tarea Conjunta, que estaba en Atalaya de Veraguas, el dolor se apoderó de ellos al conocer que 18 personas habían perdido la vida en el accidente.
Comunidad
El papel de la comunidad y los vecinos de Antón fue vital, ya que todos salieron a ayudar y pocas imágenes macabras se vio en las redes sociales, se respetó la dignidad de estas personas que venían a buscar trabajo, pero perdieron la vida en el intento, dijo Samaniego.
La vocación que debe reinar en quienes ofrecen salud quedó manifestada. Doctores, enfermeras, auxiliares de enfermería y de farmacia, tanto del centro como de otras instituciones de salud, dieron la milla extra y ayudaron a salvar vidas.
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Los antoneros nos sentimos muy orgullosos de ver la calidad humana de esta población, concluyó Samaniego.
Por: Hermina Rivera
Fotos: Raúl Valdés
