Las limitaciones y la falta de recursos de su familia no fueron impedimento para que Jairo Barría Soto, de 43 años, lograra sus sueños y cambiara su vida para siempre.
La vida de este hombre, oriundo del corregimiento de La Peña en Santiago, cambió la mañana del 4 de diciembre del 2001 cuando estaba en el distrito de Calobre. Ese día perdió sus dos piernas como consecuencia de una descarga eléctrica de unos 34 mil voltios.
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La escena era escalofriante, Jairo presentaba un desprendimiento del 80% de sus piernas con pérdida cutánea.
Tras varias semanas internado en el hospital, los médicos le salvaron la vida, pero no sus piernas, que fueron amputadas.
Sin embargo, en lugar de acomplejarse por la falta de sus extremidades, Jairo siguió adelante. Al ver que por la falta de recursos sus padres no podían comprarle una silla de ruedas, se confeccionó la suya. Esto le hizo ganar experiencia y montó su propio taller.
Tanto ha sido su éxito en la industria que Jairo fue premiado por ser el mejor de Centroamérica al confeccionar con sus propias manos sillas de ruedas deportivas, semideportivas y diarias.
Él sigue adelante y actualmente es profesor de Informática tras obtener su licenciatura en Informática Educativa.
Nota: Solangel Ruiz
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