Los Celtics sacaron el colmillo.
Con una actuación impecable en el Madison Square Garden, Boston venció 126-105 a los Knicks en el Juego 3 de las semifinales del Este, reduciendo la serie a 2-1 y manteniendo vivas sus esperanzas de avanzar.
Después de dos dolorosas derrotas en casa, donde dejaron escapar ventajas de más de 20 puntos, los de Massachusetts sabían que no había margen para errores. Y no lo hubo. Desde el salto inicial mostraron una defensa intensa y una ofensiva que, esta vez sí, carburó como en sus mejores noches.
Boston cerró la primera mitad con un escandaloso 71-46, dejando sin aliento al público neoyorquino. La clave: el regreso del tiro de tres puntos. Tras dos juegos de sequía, los Celtics encestaron el 50% desde larga distancia, una cifra demoledora.
Payton Pritchard fue la figura inesperada, liderando la ofensiva con 23 puntos. A su lado, Jayson Tatum añadió 22 unidades, mostrando liderazgo y sangre fría en los momentos clave. Por los Knicks, Jalen Brunson anotó 27, pero no tuvo respaldo suficiente.
El equipo dirigido por Joe Mazzulla volvió a parecerse al que dominó la temporada regular, con rotaciones rápidas, triples efectivos y una defensa colectiva que asfixió a los neoyorquinos.
El cuarto duelo será el lunes, nuevamente en el Madison.
Si Boston vuelve a jugar así, la serie podría igualarse y volverse una guerra de siete juegos. Por ahora, lo cierto es que los Celtics despertaron... y vienen con sed de revancha.