La inclusión de atletas transgénero en competiciones deportivas ha sido un tema recurrente de debate, y los Juegos Olímpicos de París 2024 no han sido la excepción.
La reciente confirmación del Comité Olímpico Internacional (COI) sobre la participación de dos boxeadores transgénero, Imane Khelif de Argelia y Lin Yu-ting de Chinese Taipei, ha generado controversia y preocupación, especialmente desde la esfera política italiana. Este tema nos invita a reflexionar sobre la equidad en el deporte, la igualdad de oportunidades y los desafíos que enfrentan los organismos deportivos para definir reglas claras y justas.
La polémica comenzó con la declaración de la ministra italiana de Familia, Natalidad e Igualdad de Oportunidades, Eugenia Roccella, quien expresó su inquietud por la participación de Khelif y Lin en el boxeo femenino. Según Roccella, la inclusión de estos atletas plantea dudas sobre la equidad de la competencia, especialmente en un deporte de contacto como el boxeo. La ministra subrayó la necesidad de establecer criterios claros y uniformes a nivel internacional para garantizar una competencia justa y segura para todas las participantes.
‼️ Boxearán contra mujeres.
— Contra El Borrado de las Mujeres (@ContraBorrado) July 28, 2024
Imane Khelif de Argelia y Lin Yu-Ting de Taiwán fueron descalificados en el Campeonato Mundial de Boxeo Femenino 2023 organizado por la Federación Internacional por tener "cromosomas XY".
Están en #Paris24 como mujeres. @juegosolimpicos debe impedirlo.… https://t.co/Gw9q1WXaHT pic.twitter.com/5RcgdCBoNb
El COI, por su parte, ha defendido su decisión, argumentando que las reglas actuales se basan en regulaciones establecidas en eventos anteriores, como los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Sin embargo, la controversia no se ha limitado a declaraciones políticas. El ex campeón mundial de boxeo, Barry McGuigan, también expresó su desacuerdo, “Es impactante que realmente se les haya permitido llegar tan lejos, ¿qué está pasando?”.

Brianda Tamara, una boxeadora mexicana, reflexiona sobre su combate de 2022 contra Imane Khelif, a quien describe como un “hombre biológico”. Tamara sufrió un traumatismo craneoencefálico severo durante la pelea, que fue detenida en el tercer asalto. “No creo haberme sentido tan fuera de lugar en mis 13 años como boxeadora, ni siquiera en mis sparrings con hombres”, comentó Tamara. Sus golpes me dolieron mucho. Gracias a Dios salí del ring sana y salva, y es bueno que finalmente se haya reconocido la situación”, añadió. La experiencia de Tamara resalta la controversia sobre la inclusión de atletas transgénero en el deporte femenino.
El trasfondo de esta situación es complejo. Khelif y Lin fueron descalificados del campeonato mundial del año pasado por no pasar las pruebas de elegibilidad de género, que incluyeron la medición de niveles de testosterona y análisis de cromosomas. La Asociación Internacional de Boxeo (IBA), que organizó ese campeonato, impuso estas regulaciones para mantener la imparcialidad en la competencia. Sin embargo, la IBA ha enfrentado problemas de gobernanza y escándalos relacionados con los jueces, lo que ha llevado al COI a tomar el control de la organización del torneo de boxeo olímpico en París.
El COI ha intentado minimizar las modificaciones a las reglas para no afectar la preparación de los atletas, pero esto ha resultado en críticas y confusión. La cuestión de la inclusión de atletas transgénero es un tema delicado y multifacético que plantea desafíos tanto éticos como científicos. La necesidad de balancear la inclusión y la equidad en el deporte es un debate que está lejos de resolverse, y los Juegos Olímpicos de París 2024 se han convertido en el último escenario para esta discusión global.