La suerte del equipo español estaba echada. Antes incluso de que diese comienzo el partido, de los penaltis cometidos por Mapi León y por Virginia Torrecilla, del hermoso empate de Jenni y de la sentencia, por dos veces desde los once metros, de Megan Rapinoe.
Los trabajados cuádriceps de Crystal Dunn, la imponente planta de Samantha Mewis, la mirada desafiante de Alex Morgan y el rugido incansable de los aficionados estadounidenses, mayoría en el estadio Auguste Delaune este lunes, advertían de lo que finalmente ocurrió.
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Las defensoras del título (E.U) siguen adelante en el Mundial de Francia. Las españolas se despidieron en Reims (1-2), pero dejaron un ejercicio sobresaliente de competitividad ante las favoritas.


