Lo que comenzó como una denuncia ciudadana por maltrato animal terminó destapando una pesadilla escondida entre jaulas oxidadas, maullidos de auxilio y rituales macabros.
Este sábado, un Juzgado de Garantías impuso detención provisional para una mujer y reporte periódico cada viernes para otra, ambas imputadas por el delito de maltrato a animales domésticos.
Las medidas cautelares fueron dictadas luego de que la Fiscalía de Ambiente legalizara la aprehensión de las imputadas y presentara la solicitud formal de imputación.
La investigación arrancó el pasado 15 de julio, y solo dos días después se logró la captura de las dos mujeres —ambas extranjeras— señaladas como responsables del albergue clandestino que funcionaba como fachada en Arraiján y Juan Díaz.
Una historia digna de terror
Lo que prometía ser un “refugio” para animales en situación de abandono, terminó siendo una casa del horror.
La fundación Catolina, ubicada en el sector de Cáceres, Arraiján, fue el primer escenario allanado. Allí se encontraron 123 gatos, 18 perros y 2 loros viviendo entre heces, sin agua, con enfermedades visibles y sin ventilación adecuada.
Vecinos describieron escenas perturbadoras: velas encendidas en los patios, gritos pidiendo cuchillos durante la madrugada y gatos desesperados maullando sin control.
Algunos pensaron que se trataba de violencia doméstica, pero lo que realmente ocurría era aún más perturbador.
Una testigo relató que, supuestamente, las mujeres practicaban rituales con sacrificios de gatos, y que llamó en varias ocasiones a la Policía.
Más horror en Juan Díaz
El segundo operativo fue en una vivienda alquilada en Campo Limberg, Juan Díaz, donde también se hallaron animales en condiciones deplorables.
Las autoridades lograron aprehender a las dos mujeres de nacionalidad colombiana.
Una activista que estuvo presente en el operativo relató que había un cuarto “pesado”, con energía tan densa que los miembros del Movimiento de Conciencia Animal (MOCA) se negaron a entrar.
En total, fueron rescatados 216 gatos y 26 perros, algunos con enfermedades como distemper, sida felino, hemoparásitos, y otros en tan mal estado que necesitarán eutanasia humanitaria.
Además, se hallaron pico, pala y tierra removida, lo que aumentó las sospechas sobre posibles prácticas rituales.
¿Maltrato o falta de recursos?
Días antes de ser detenida, Carolina Rojas, representante del albergue, dio declaraciones a Mi Diario, alegando que no hubo maltrato, sino una combinación de factores: mudanza forzada, plagas, daño en la bomba de agua y falta de recursos.
Afirmó que todo lo hacía con amor y que las imágenes fueron tomadas sin permiso y fuera de contexto.
La ley les cayó
La Procuraduría General de la Nación reiteró su compromiso de aplicar todo el peso de la ley en este tipo de casos. Mientras tanto, el albergue ya fue clausurado oficialmente, y MOCA pide apoyo urgente con alimentos, medicinas y adopciones para los animales.
sobrevivientes. “Esto ya no es solo maltrato animal, es un tema de salud pública. No hay recursos, pero los animales no pueden esperar”, afirmaron desde MOCA.


