La sociedad, que somos todos, juzga con facilidad. Lo hace de forma despiadada y por ello es común escuchar hasta líderes decir que nuestra generación fue mejor, esta es una generación de cristal, los pelaos de ahora no sirven y siguen agregando una serie de adjetivos que en nada contribuyen a crecer y a moldear a nuestras vasijas de barro, que son los jóvenes.
Tal vez haya mucho que trabajar, pero nos toca darles el ejemplo con hechos a los más jóvenes, pero nadie puede negar que esta generación es más tecnológica, les preocupa el medio ambiente, protegen a los animales, defienden los derechos humanos, su libertad no es negociable, son prácticos, creativos y retadores.
Es decir, hay una muchachada que si se pierde es por la responsabilidad de los que en casa, comunidades y en el país tenemos que dirigir y hablar con los hechos.
Esta generación como las anteriores enfrentará los retos del presente y del futuro para que todos tengamos una mejor convivencia en paz y de respeto.
En este mundo cabemos todos y tal vez un poco de tolerancia sea lo que más necesitamos.