La pandemia del nuevo coronavirus está lejos de terminar, pero continuamente se siguen escribiendo historias de seres extraordinarios capaces de dar sus vidas por los demás sin medir consecuencias.
Panamá tiene las suyas, personas de diversas profesiones que han asumido roles heróicos pagando el más alto precio al cumplir con sus tareas o el juramento que un día hicieron.
Tal es el caso de la doctora Elvia Muñoz, ampliamente conocida por su dedicación a la tarea de concienciación ciudadana en el tema de donación de órganos, además de ser una de las propulsoras de políticas institucionales para tal fin.
El sábado 21 de marzo pasado se oficializó su fallecimiento a causa de covid-19, aunque el registro oficial da cuentas de que el mismo de dio el día anterior, a las 10:00 de la noche.
Este medio conoció, por parte del personal médico que atendió a Muñoz en su último momento en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la Caja de Seguro Social (CSS), que la reacción fue de silencio absoluto, impotencia, dolor y frustración por no poder salvar la vida de una persona que gran parte de la suya la dedicó a una causa tan altruista.
Virginia Muñoz, su hermana, conversó con Mi Diario y explicó que la doctora Elvia se mantuvo trabajando previo a la complicación de su salud. Y es que además de ser la coordinadora de la Unidad de Trasplantes de la CSS, como parte de su trabajo hacía turnos en la UCI del Complejo Metropolitano como procuradora de órganos (validando que la voluntad de un donante que llegue a esa instancia se cumpla, además de salvaguardar el órgano).
Deja claro que los familiares aún no han recibido un informe oficial de las autoridades sanitarias, incluyendo trazabilidad, de cómo se enfermó de Covid-19. “Asumimos que en su momento darán esa información a su esposo y demás familiares”, acotó.
Lo cierto es que días previos a su hospitalización, la doctora Muñoz presentó molestias en un pie y fue llevada por Virginia a un ortopeda en La Chorrera que observó un esguince y que el pie lo tenía muy hinchado. Progresivamente, su estado de salud fue empeorando, por lo que su esposo la llevó al Hospital de La Chorrera con complicaciones respiratorias, y de allí fue remitida de urgencias al Complejo Hospitalario de la CSS, donde el sábado 14 de marzo quedó recluida en la UCI.
Agonía en la distancia
Virginia Muñoz valora que el tiempo que su hermana estuvo en la UCI, los médicos a cargo informaban periódicamente su condición de salud. No obstante, no deja de remarcar lo difícil que fue no ver ni hablarle a su hermana. “Ni siquiera cuando la ambulancia que la traía de La Chorrera llegó al Complejo nos podíamos acercar al área, aunque yo la reconocí a lo lejos cuando la bajaron”.
Al igual que ella, el resto de la familia no tuvo acceso, como no lo han tenido el resto de los familiares de pacientes que han perdido la vida por esta enfermedad en las distintas UCI.
Por ello pide a todas las personas tomar conciencia del cuidado para no enfermar y contagiar de este terrible mal. “Es cierto que nadie toma conciencia de la experiencia ajena, pero esto no es relajo y el dolor de no estar con los tuyos en un momento así es indescriptible”. Recordó Virginia Muñoz.
Pero el dolor de los familiares de Elvia tuvo un matiz muy particular; no era la primera vez que había luchado por su vida.
Cuenta Virginia que el largo camino de su hermana se inició cuando tenía 20 años y comenzaron sus primeras dolencias renales, tiempo en el que ya estudiaba Medicina. Terminando su carrera tuvo varias crisis, pero la familia siempre estuvo allí para acompañarla. Juntos salieron adelante.

“Ella llevó su enfermedad con gallardía y una vez la operan, se fue a formar en eso que fue su propósito de vida”, expone.
Comenta que el tema del trasplante de órganos ya era algo de convicción, cultural, en su familia antes de la convalecencia de Elvia, por ello no fue le fue difícil a ninguno de ellos incorporarse a las campañas que años después impulsaría con tanto éxito su hermana. Eso sí, no minimiza su aplomo y espíritu de lucha.
“Era luchadora y cerraba calles como paciente y como médico”, cuenta entre risas (las únicas de la entrevista) las luchas de Elvia junto a los pacientes trasplantados que esperaban la dotación de medicamentos y tratamientos.
Basta con decir que Elvia Muñoz fue una de las fundadora de la Asociación Nacional de Pacientes con Insuficiencia Renal Crónica y Familiares, creada hace casi 20 años.
Por su condición médica y la enfermedad que terminó quitándole la vida, Elvia no pudo hacer lo que tanto promovió, pero ello debe frenar ese trabajo que hizo durante más de 20 años de su vida.
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“Definitivamente que nosotros fuimos testigos del cambio de vida de mi hermana cuando recibió el riñón. Eso debe ser parte de las responsabilidades de todo ciudadanos de un país. Ofrecer sus órganos para quien en el futuro lo necesite. Debemos comprometernos con los demás y esa es una lección que nos deja esta enfermedad que estamos viviendo”, expone Virginia.
Para sus familiares, muy creyentes por cierto, Elvia Muñoz fue encomendada a esta vida para una tarea y la cumplió impactando muchas vidas en diferentes etapas de su vida. Por ellos, sus cenizas, que de momento se mantienen en custodia en la iglesia a la que suele acudir la familia, esperan que la tempestad que no ha dejado el Covid-19 amaine para que quienes la amaron, conocieron y aprendieron con ella la despidan como se merecía.

Otros médicos fallecidos por Covid-19
El Ministerio de Salud no ha oficializado el número de decesos de profesionales médicos en el país, pero de acuerdo con reporte de colegas, familiares y medios informativos, tres doctores han muerto por covid-19. Además de Muñoz, los pediatras Luis Felipe Bernett, de 73 años; y Roberto Peñalba, de 59 años.
Mensaje del arzobispo
El arzobispo José Domingo Ulloa, a través de Mi Diario, ha querido enviar un mensaje a los médicos y otros profesionales de la salud que han fallecido en el cumplimiento de su honroso deber.
“En el día del médico de manera especial quiero dirigirme a todas sus familias que en estos momentos junto a ellos están ofreciendo su cuota de sacrificio. Con mi recuerdo y gratitud especialmente a los familiares que en estos momentos lloran la ausencia de sus seres queridos. En medio del dolor tengan la satisfacción de que ellos han fallecido en su campo de batalla, que fue la cama junto al enfermo, y que manifiesta la grandeza, el honor, el servicio y la entrega que siempre los caracterizo. Con su entrega y compromiso dejan el mejor legado, nunca renunciar hacer el bien aun a costa de nuestra propia vida. En ellos se cumplen la palabra de Jesús, nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Recuerden los hombres egoístas, que no hicieron nada por sus pueblos, se pudren con sus casas y caen en el olvido. Sólo los que entregan su vida como lo han hecho los médicos siempre pero especial en este tiempo de pandemia en servicio de los demás permanecen y no mueren”.