La violencia nunca es buena, y mucho menos a unos cuantos kilómetros por hora, y prueba de ello son los siguientes tres casos, razones suficientes para que nunca se te ocurra engancharte en un pleito que no llevará sino a un posible trágico final.
En el primer ejemplo, se trata de un video difundido en 2014, en el que un joven es grabado cuando, furioso, alcanza a un automóvil y lo patea por un costado; sin embargo, es él quien sale disparado, pues pierde el control y termina el el suelo, con su motocicleta destruida.
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El segundo caso crece en grado de peligrosidad, pues se produce en la carretera México-Cuernavaca, a la altura de Tres Marías, donde, por ir compitiendo a altas velocidades con una motocicleta, en franca pelea rodante, el conductor del automóvil pierde el control y vuelca.
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El tercero es un ejemplo de lo absurdo que puede resultar el no contener el enojo por una patada al auto, propinada por el motociclista, pues el conductor del automóvil pierde el control y ocasiona esto:
Vía: Exceslior