Todos los días durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, no son iguales. Cada día, surje algo que nos hace pensar sobre hechos o cosas extrañas que aparecen durante los eventos.
'Shammys' son unas toallas, no voluminosa que parecen las alfombras y se utilizan generalmente después de una ducha. Las 'Shammys' están hechas de rayón o polivinilo y pueden llegar a contener hasta 10 veces su peso en líquido y se secan rápidamente después de haber sido estrujadas.
En los primeros años, las 'Shammys' estaban hechas de gamuza de piel (sham-ˈwä), similar a la piel de una cabra que se encuentra en Europa y en Asia occidental.
Las primeras 'Shammys' comenzaron a ser populares cuando los clavadistas europeos utilizaron estas pequeñas toallas en las competiciones de salto a finales de 1960 y a principios de los '70. Poco después, las toallas comenzaron a confeccionarse de material sintético.
Los clavados consisten en muchos saltos y giros, en esas posiciones la mano del clavadistas se aferra a sus piernas. Y si las manos o las piernas de los buzos están mojados, es fácil que pierdan adherencia.
Si el atleta, al saltar, pierde su agarre, la inmersión se tuerce y se pierden valiosos segundos y como consecuencia puntos. Para resolver ese problema, los clavadistas usan las 'Shammys' para secarse entre saltos. Muchos clavadistas consideran a sus 'Shammys' como una manta de seguridad.
Las 'Shammys' son asequibles, también. En muchos sitios en línea van desde $5 a $20.
La moraleja de la historia: 'Shammy' y clavadista son inseparables.
Vía: Telemundo