Kevin De Bruyne vivió una despedida agridulce en el Etihad Stadium durante el partido ante el Bournemouth. Con 33 años y un legado de 108 goles y 19 títulos, el mediocampista belga fue titular y capitán en su último juego como local con el Manchester City.

A pesar del homenaje, la noche no fue perfecta. Falló un gol cantado tras un pase de Marmoush y luego fue sustituido por Nico González al minuto 67, tras la expulsión de Mateo Kovacic.

Pep Guardiola no quiso arriesgar y priorizó la táctica, apagando así el momento que la afición esperaba.
El City ganó 3-1 y subió al tercer lugar de la tabla, pero la emoción quedó centrada en la salida anticipada de su ídolo. De Bruyne, visiblemente frustrado, “Fue un fallo terrible. Sin excusas. Hoy mi hijo será muy duro conmigo”, declaró De Bruyne entre risas y lágrimas tras el pitazo final.
“Ha sido un absoluto placer... muchas gracias”, emotiva despedida de Kevin De Bruyne del Etihad. Recibió el cariño del estadio entero y dejó claro que, aunque se va, su historia con el City será eterna.