La reciente decisión del Ministerio de Educación (Meduca) de excluir a Panamá de la prueba PISA 2025 ha generado un debate nacional y una ola de críticas en diversos sectores.
Las pruebas PISA, organizadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), evalúan el rendimiento educativo de los estudiantes a nivel internacional, permitiendo a los países participantes diagnosticar la calidad de su sistema educativo. La diputada de la bancada Vamos, Janine Prado, destacó que al renunciar a la evaluación, se limita la capacidad de medir el progreso y las deficiencias del sistema educativo.
“Todos queremos educación pública de calidad, pero no podemos mejorar lo que no medimos”, comentó en sus redes sociales, sumándose a las voces que cuestionan la decisión. El economista Felipe Argote calificó la medida como “un ridículo internacional”, señalando que se han citado razones presupuestarias para justificar la salida de la prueba.
“Nos dicen que es para ahorrar $8 millones, pero la ministra aprobó la reducción del presupuesto educativo en un 25%, lo que representa $1,266 millones.
Debe renunciar ya”, expresó Argote, criticando la incoherencia en la priorización del gasto público. Por otro lado, Betserai Richards, también de la bancada Vamos, rechazó la decisión por impedir una evaluación integral del sistema educativo en el país.
Richards enfatizó que es necesario redirigir fondos de otras instituciones para asegurar la participación en PISA.
“El país requiere una explicación urgente sobre las razones del porqué, según ellos, debemos dejar de medir la calidad educativa”, exigió el diputado. En tanto, la ex primera dama Vivian de Torrijos recordó que esta no es la primera vez que Panamá se retira de las pruebas PISA, haciendo referencia a la decisión previa de la entonces ministra Lucy Molinar en 2012.
“Es la segunda vez que entramos en esa isla del ‘prefiero no saber’”, indicó de Torrijos, lamentando que el país pierda nuevamente la oportunidad de medir su nivel educativo. Según reportó La Prensa, la decisión ha sido ampliamente rechazada por la opinión pública.
Un sondeo realizado en X arrojó que más del 70% de los votantes está en desacuerdo con la salida de la evaluación, mientras que solo el 29.3% apoya la medida adoptada por Meduca. El cardiólogo y columnista Daniel Pichel describió la salida de la prueba como un reflejo de una “ignorancia metastásica”, subrayando la importancia de que Panamá participe en evaluaciones educativas internacionales para mejorar la calidad de la educación. La situación ha puesto en el centro del debate la asignación de los recursos públicos, siendo cuestionada la reducción de $3 millones al presupuesto del Meduca para cubrir la anualidad de Panamá en la ONU, mientras que el costo de la prueba PISA asciende a solo $200 mil.
“Si sabemos que vamos a salir mal, no significa que dejemos de hacernos la prueba. Es como si alguien con problemas de salud decidiera no hacerse análisis por miedo a los resultados”, expresó Jorge Bloise, sumando su voz a las críticas.
Con información de La Prensa
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