El Instituto Nacional de Alcantarillados y Acueductos Nacionales (Idaan) enfrenta cuestionamientos tras revelarse su millonario gasto en contratos para abastecer de agua a Panamá mediante camiones cisterna. Solo en 2024, el Idaan comprometió $23,8 millones en 39 contratos con 14 empresas, en un escenario donde las conexiones políticas y las deudas se entremezclan en medio de la crisis del agua.
Un jugoso negocio de cisternas Entre las empresas que lucran, sobresale Logística, Distribución y Transporte Zupri, SA, llevándose un 37,9% del total ($9 millones) de los contratos. Detrás de Zupri está el nombre de Ameth Ocaña Barba como presidente y representante legal, aunque esta compañía está asociada con el exdiputado Edwin Zúñiga Mencomo, del circuito 8-10. Zúñiga, quien niega tener vínculos con la empresa, alega que su compañía es Transporte Zupri , dedicada al transporte de combustible. Sin embargo, una auditoría de la Contraloría muestra nexos entre ambos: Ocaña figuraba en la planilla de contratos de Zúñiga en la Asamblea mientras cotizaba a la Caja de Seguro Social como empleado de Transporte Zupri.
Las otras empresas en la lista
Además de Zupri, otras empresas han asegurado cuantiosos contratos para transportar agua en Panamá:
Maquinarias y Equipos del Pacífico, SA se adjudicó $3.8 millones, y
Servicios Profesionales Temer tiene un contrato por $1.9 millones, seguido por Mantenek, SA con $1.8 millones.
Presupuesto en crisis y deudas millonarias
El director del Idaan, Rutilio Villarreal, consolidó el cargo en octubre y encontró una deuda acumulada de $51.8 millones, de los cuales $32 millones no tienen respaldo presupuesto ni contractual. El Idaan, además, enfrenta un recorte en su presupuesto, que para 2025 solo contará con el 44% de lo solicitado, limitando aún más su capacidad de maniobra.
Más allá de las conexiones políticas
Las dudas sobre la transparencia en el manejo de estos contratos se suman al tema de la politización de la distribución del agua en sectores vulnerables. A la par, el Idaan planea reforzar su flota de cisternas propias para disminuir la dependencia de contratos externos, que han levantado más sospechas que soluciones.
El público no solo quiere saber quién se lleva el agua; quiere saber a qué costo y si los nexos políticos están drenando el recurso que el país más necesita.