En este segundo debate de candidatos presidenciales, los ataques fueron más frontales y se pudo escuchar algo de sus planes de trabajo; algunos bastante aéreos y otros cargados de promesas sin sustento.
El tema de los discursos y eslóganes de campañas aún sigue siendo algo que entorpece los planteamientos de los candidatos.
En comparación con el primer debate, ahora pudimos escuchar algunos esbozos de sus planes de trabajo y por el lado de los jóvenes, les mostraron sus inquietudes en combate a la corrupción y en economía.
Por otro lado la ausencia, ya anunciada, del candidato de RM, José Raúl Mulino, al cual se le guardó su silla como lo mandata la regla del Tribunal Electoral, no fue notada y tampoco se le extrañó, pero era una oportunidad de escuchar a todos nuestros candidatos.
Hay que reconocer que a capa y espada, el candidato oficialista Carrizo defendió la desgastada gestión de gobierno.
La “profe” Maribel puedo manejar mejor el tiempo y Lombana bajó esos ataques que entorpecieron el primer debate.
El vaquero Melitón se mantuvo igual de equilibrado, pero les aportó a los cuestionamientos a los otros candidatos.
Roux se mantuvo con sus repetitivos eslóganes y Zulay con sus monopolios y oligopolios continuó victimizándose.
Y, por último, Martín invitó hasta el diablo y le mostró su ridícula operación matemática a Carrizo.