Un grupo de 49 migrantes deportados desde Estados Unidos a Panamá en febrero pasado recibió una prórroga de seis meses en su permiso humanitario, según confirmó una fuente del Servicio Nacional de Migración de Panamá.
La fuente explicó que esta es la segunda extensión del permiso, otorgada bajo criterios estrictamente humanitarios a las personas que llegaron en el vuelo de deportación proveniente de Estados Unidos.
El primer permiso temporal fue concedido en marzo por un periodo de 30 días, con posibilidad de prórroga hasta 90 días. Ahora, tras nuevas evaluaciones, se ha concedido una permanencia legal de seis meses más, lo que permite a los migrantes continuar en territorio panameño mientras buscan opciones para establecerse en un tercer país o gestionar su tránsito.
Los migrantes provienen de países como Somalia, Irán, Afganistán, Rusia y Etiopía, y no pueden regresar a sus lugares de origen debido a riesgos políticos, amenazas contra su integridad y condiciones de seguridad inestables. Además, tampoco tienen permitido el ingreso a Estados Unidos, tras la inclusión de sus países en listas restrictivas de visas.
Se conoció que, hasta la fecha, no existen negociaciones oficiales del Gobierno panameño para encontrar una solución definitiva, aunque sí hay gestiones privadas y de organismos internacionales para explorar alternativas migratorias hacia países de América del Sur.
Los 49 migrantes que aún permanecen en el país se encuentran alojados en albergues de organizaciones como Fe y Alegría, Doña Luisa y un hotel respaldado por Unicef, este último dedicado a familias con niños.
Las organizaciones que les brindan apoyo humanitario indicaron que siguen recibiendo donaciones de comida, insumos y otros enseres básicos, gracias al esfuerzo conjunto de grupos solidarios y entidades internacionales.
Cabe recordar que Panamá recibió en total 299 migrantes extracontinentales enviados desde EE. UU. como parte de un acuerdo bilateral que convirtió al país en nación “puente” para su repatriación. De ellos, 187 optaron por regresar voluntariamente o están en proceso de hacerlo, mientras que 112 se negaron, temiendo por sus vidas.