La provincia de Chiriquí enfrenta una creciente crisis de desempleo juvenil, con un 6.3% según el Instituto Nacional de Estadística y Censo. Jóvenes profesionales se ven forzados a desempeñar trabajos informales debido a la falta de oportunidades laborales formales.
María Julissa (nombre ficticio), una joven ingeniera civil con licenciaturas y maestrías, confesó que, pese a su preparación, ha tenido que aceptar empleos mal remunerados, ganando el salario mínimo de 600 dólares mensuales. La frustración la ha llevado a considerar que su única esperanza recae en el desarrollo de mega proyectos como el tren Panamá-David o el futuro Puerto Barú.
Jorge Tovar, presidente de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Chiriquí, expresó su preocupación por el desempleo y la contracción económica en la región. “La pandemia dejó secuelas serias con tasas de desempleo de hasta 18%, y aunque la cifra ha bajado al 10%, seguimos arrastrando rezagos. Sin proyectos que generen empleos reales, el talento joven se verá forzado a emigrar”, afirmó Tovar.
Además, Tovar urgió al Gobierno a acelerar obras como el Puerto Barú y el tren Panamá-David para evitar que la situación empeore. La burocracia, mencionó, sigue siendo el mayor obstáculo para el avance de estos proyectos.
Puerto Barú promete esperanza con contrataciones en 2025
Nicolás Posada, gerente técnico de Puerto Barú, anunció que en enero de 2025 comenzará el reclutamiento de personal. Durante la fase de construcción, el proyecto generará 1,200 empleos directos y se desarrollará en dos años. Posada subrayó que recientemente realizaron consultorías en Chiriquí para orientar a los jóvenes sobre las oportunidades laborales que ofrecerá el puerto.
La expectativa es que esta obra traiga un alivio significativo al desempleo juvenil en la región, siempre y cuando las autoridades faciliten los procesos necesarios para su ejecución sin demoras.