La celebración de sus goles ante Costa Rica se volvió viral. Levanta su mano al aire y empuñó como si tuviera un arma. Sin embargo, para Abdiel Ayarza es solo una celebración que le recuerda el barrio, ese donde sufrió mucho para erigirse hoy en día como el jugador sensación de la selección nacional.
El volante del Cienciano de Perú, héroe de los dos partidos amistosos en San José, tiene una historia inspiradora, pues apenas con 11 años de edad fue separado de sus seis hermanos, quienes fueron repartidos entre sus tías debido a que su padre fue encarcelado.
Botaba basura
“Yo comencé jugando con un equipo de nuestro barrio que se llamaba Golden Boy y luego, con 16 años, pasé a la Liga de Ascenso con el Colón C3, con el que estuve siete años y solo ganaba unos 35 dólares”.
“La verdad solo ganaba para tener el pasaje para ir a entrenar y jugar, por lo que me tocó hacer otras cosas como botar basura y cargar tanques de agua para poder ganar algo más”, manifestó Ayarza.
Añadió que también trabajó en la construcción y así ganaba más dinero, inclusive trabajó dos años en la ampliación del Canal, sellando las grietas de las compuertas con cemento y también haciendo perforaciones.
#PanamaMayor
— Meketrefes Del Deporte (@MeketrefesSport) October 14, 2020
COSTA RICA 🇨🇷 0 - 1 🇵🇦 PANAMÁ
REVIVE EL GOL ⚽
Nuevamente ABDIEL AYARZA, anotó el sábado sobre el final del partido y hoy al 39' ⌚️.
Ganando nuestra Sele.
📽️ Cortesía: @tvmaxdeportes pic.twitter.com/b07oQrJ5o3
“Trabajaba a veces de noche o de día y de allí salía a entrenar con el Colón C3. Si iba de noche, entrenaba solo en la mañana amanecido, pues si no lo hacía no me convocaban para jugar”.
TAMBIÉN PUEDES LEER: Ministerio de Seguridad busca a reactivar las canchas que están en abandono
Con tanto sacrificio llegó al desaparecido club Santa Gema de Arraiján, con el que firmó por dos años y allí las cosas empezaron a mejorar económicamente para él. "Pero había que sacrificarse aún más, pues para entrenar con el club madrugaba a las 3:00 de la mañana para poder llegar a Arraiján a las 6:00 a.m.
“Tomaba un bus que me dejaba en Sabanitas, de allí tomaba otro para bajarme en Chilibre, allí tomaba un taxi a dólar que me dejaba en el Centenario y, finalmente, tomaba un ferry para ir a Arraiján”, alegó.
Hoy en día, con 28 años, después de pasar por el CAI, en donde fue elegido el Mejor Jugador de la temporada 2018-2019, llegó al Cienciano, en donde espera consolidarse y seguir escribiendo su historia.