Jorge Mendes, apodado el “súper agente” del fútbol, está acostumbrado a negociar contratos multimillonarios para figuras como Cristiano Ronaldo, Joao Félix o Bernardo Silva. Pero esta vez, se enfrenta a un partido fuera de las canchas y mucho más complejo.
La Fiscalía portuguesa lo acusa a él y a su esposa de fraude fiscal por una donación que, según las autoridades, fue ficticia y tenía como propósito evadir impuestos. Aunque Mendes niega tajantemente cualquier delito, el Ministerio Público exige el pago de 18 millones de euros en concepto de impuestos no cobrados.
Su defensa asegura que el caso ya fue revisado por Hacienda hace más de una década y que no hubo irregularidades. A pesar de esto, Mendes se mostró dispuesto a pagar la suma para zanjar el problema cuanto antes.
Con el escándalo en desarrollo, el mundo del fútbol observa en silencio. Jorge Mendes, el hombre que ha manejado el destino de grandes estrellas, ahora libra una de sus batallas más difíciles en los tribunales.