Durante el acto en memoria de los caídos del 20 de diciembre de 1989, tras conmemorarse 32 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá, durante la denominada Operación Causa Justa, el arzobispo metropolitano de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, manifestó que las heridas del 20 de diciembre de 1989 aún permanecen en la memoria y en el corazón de los panameños, especialmente por todos los caídos.
Ulloa calificó la invasión como “uno de los acontecimientos más doloroso de la historia” del país, y pidió a los ciudadanos preguntarse si se hizo “todo lo que estuvo en nuestras manos para evitar el enfrentamiento entre panameños”.
“Esta herida sufrida hace 32 años, un miércoles 20 de diciembre de 1989, aún permanece abierta, aún desconocemos cuántas vidas se perdieron; sabemos de los miles de víctimas, pero necesitamos conocer la verdad sobre los hechos que se dieron alrededor de este doloroso acontecimiento”, afirmó.
Resaltó la “gran responsabilidad histórica” que tiene la llamada “Comisión Especial 20 de diciembre de 1989, creada en el 2016 con el objetivo de “esclarecer y ofrecerle al pueblo panameño la verdad de lo sucedido durante la invasión”.
“El gran bien para todos, es la verdadera justicia, es dar a cada uno lo que corresponde”, expresó.
LEA TAMBIÉN: Dos más pierden la batalla. ‘Para estas fiestas quisiéramos que no hubiera más muertos por covid’, dice Sucre
Añadió que los panameños necesitan reencontrarse y escucharse “para sanar”.
Más de 30 años después aún no se sabe con certeza en Panamá el número real de los fallecidos durante la invasión, en la que Estados Unidos movilizó 26 mil soldados y usó armamento de última generación para capturar al dictador Manuel Antonio Noriega.