Un objeto diminuto, frágil y cargado de simbolismo religioso ha causado un revuelo inesperado en una de las instituciones culturales más respetadas del mundo. El Rijksmuseum de Ámsterdam, reconocido por albergar obras maestras de Rembrandt y Vermeer, exhibe desde este martes un preservativo del siglo XIX decorado con un provocador dibujo: una monja en actitud lasciva junto a tres clérigos en poses explícitas.
La pieza, datada entre 1830 y 1850, está hecha de intestino animal y sorprende no solo por su buen estado de conservación, sino también por su atrevido contenido gráfico. Según expertos del museo, este tipo de condones eran reutilizables, lavables y se vendían de forma clandestina, muchas veces acompañados de ilustraciones satíricas que cuestionaban el poder eclesiástico y las normas morales de la época.
“La escena dibujada es claramente provocadora y satírica. No es solo un preservativo, es un artefacto de protesta social”, señaló Marije Janssen, curadora de la exposición. “Nos habla de una época donde el erotismo, la religión y la hipocresía iban de la mano”.
El artefacto forma parte de una exposición temporal sobre la historia de la sexualidad en Europa, y se ha convertido en uno de los objetos más comentados de la muestra. Algunos visitantes lo califican de “irreverente”, otros de “genial”. Lo cierto es que ha provocado filas de curiosos y un renovado debate sobre los límites del arte, la religión y el cuerpo humano.
El Rijksmuseum, por su parte, defiende su decisión como un acto de apertura cultural. “Las piezas históricas hablan por sí solas. Nuestro deber es exhibirlas con contexto, no censurarlas”, afirmó el museo en un comunicado.