Este 15 de junio, cuando Panamá conmemora el Día Nacional de las Cuencas Hidrográficas, el llamado a proteger nuestras fuentes de agua se vuelve más urgente que nunca. La fecha, más que una celebración, es un grito de alerta ante el grave deterioro de los sistemas que abastecen de agua al país.
Las cuencas hidrográficas son fundamentales para la vida: alimentan ríos, quebradas, suelos, bosques, fauna, aguas subterráneas y ecosistemas enteros. Sin embargo, enfrentan una amenaza severa por décadas de anarquía ambiental, deforestación indiscriminada, contaminación con agroquímicos, aguas negras y productos químicos, como ocurre actualmente con la crisis de contaminación del río La Villa, que pone en riesgo a miles de habitantes en Azuero.
La deforestación, el mal uso del suelo y la mala gestión de desechos están afectando la calidad del agua, la seguridad alimentaria, la salud pública y el desarrollo económico del país. Para revertir esta tendencia, el Ministerio de Ambiente (MiAMBIENTE) ha iniciado acciones urgentes: monitoreo de fuentes hídricas, restauración de zonas degradadas y capacitación comunitaria.
“El país necesita una transformación ambiental real, y nuestras cuencas están en el centro de esa transición. Debemos actuar ahora para proteger lo que garantiza nuestro futuro: el agua”, expresó el ministro de Ambiente, Juan Carlos Navarro.
Entre las iniciativas en marcha están los viveros comunitarios, planes de reforestación con especies nativas y acompañamiento técnico a comunidades, con enfoque en cuencas estratégicas como la del Canal de Panamá, la de las hidroeléctricas y la de los ríos que alimentan plantas potabilizadoras y zonas agrícolas.
La Ley 44 de 2002 establece el marco legal para la conservación y gestión sostenible de estas cuencas, promoviendo una gobernanza participativa y técnica. Hoy, MiAMBIENTE hace un llamado colectivo a ciudadanía, gobiernos locales, empresas y academia para actuar con urgencia, legalidad y compromiso.