Los Juegos Olímpicos de París 2024 han estado marcados por numerosas controversias, pero ninguna tan significativa como la reciente retirada del equipo de relevos mixtos de triatlón de Bélgica. La atleta Claire Michel enfermó después de competir en el río Sena, levantando serias dudas sobre la seguridad de las aguas del icónico río parisino.
El triatlón olímpico, que incluye natación, ciclismo y carrera, se ha visto envuelto en una polémica sanitaria. Michel, una competidora destacada, cayó enferma tras nadar en el Sena, un río con un historial de contaminación. Las especulaciones en redes sociales apuntan a la bacteria Escherichia coli, aunque el Comité Olímpico de Bélgica no ha confirmado esta información.
El plan de utilizar el Sena para las pruebas de natación fue ambicioso. Desde 1923, el baño en el río estaba prohibido debido a los altos niveles de contaminación. Sin embargo, los organizadores aseguraron que las aguas eran seguras basándose en pruebas recientes. Desde 2016, Francia ha invertido más de $1.500 millones en proyectos de saneamiento para limpiar el Sena, incluyendo la construcción de nuevas plantas de tratamiento y la instalación de sistemas de captación de residuos.
A pesar de estos esfuerzos, la retirada de Bélgica ha generado un debate intenso sobre la verdadera calidad del agua. Los representantes de World Triathlon y del Comité Olímpico Internacional, junto con las autoridades regionales y meteorológicas, revisaron los análisis de agua y concluyeron que los niveles bacterianos estaban dentro de los límites aceptables. No obstante, la decisión de seguir adelante con la natación en el Sena ha sido criticada por varios sectores.
En la competencia, el equipo de Alemania se llevó la medalla de oro, seguido por Estados Unidos y Gran Bretaña. Sin embargo, la atención mediática se ha centrado en la polémica sanitaria. Pierre Rabadan, vicealcalde de París, ha defendido firmemente la decisión de celebrar el evento en el Sena, citando regulaciones europeas y muestras diarias de agua.