La comunidad educativa del Centro Básico General Arnulfo Arias, en San Miguelito, decidió iniciar un paro militante debido a la falta de suministro de agua potable que afecta al plantel desde hace una semana. En la escuela laboran 42 docentes y estudian 689 alumnos, quienes enfrentan serias dificultades para desarrollar sus actividades diarias por la ausencia de agua.
El maestro Sixto Díaz explicó que esta problemática se arrastra desde hace 32 años, tiempo en el que la escuela ha dependido del abastecimiento mediante camiones cisterna. Sin embargo, estos servicios son irregulares, ya que en ocasiones el camión no llega o presenta fallas. “Aquí tenemos que preparar los alimentos, a veces no se les puede preparar los baños, a veces no tienen la limpieza”, señaló Díaz.
Los padres de familia respaldan la medida de paro, aunque reconocen que afecta las clases, pues buscan llamar la atención de las autoridades para que se dé una solución definitiva. Una madre recordó que lleva 15 años desde que salió de la escuela y el problema persiste. “¿Hasta cuándo? Es la escuela de la comunidad y de nuestros niños. Deseamos que la escuela tenga agua 24-7”, expresó.
El programa ‘Estudiar Sin Hambre’, que brinda alimentación a los estudiantes, también se ve afectado por la falta de agua, impidiendo que los niños disfruten de este beneficio. La comunidad exige un sistema de agua potable permanente y no depender más de los camiones cisterna.
Aunque en el pasado hubo reuniones con las autoridades y promesas de instalar un sistema de agua, hasta la fecha no se ha concretado ninguna solución. Por su parte, el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN) ha realizado inspecciones técnicas y mantiene el suministro temporal con camiones cisterna mientras define un plan para garantizar un abastecimiento regular sin afectar a las comunidades cercanas.
La situación refleja un problema histórico que afecta no solo a esta escuela, sino a varias zonas de San Miguelito, donde el suministro de agua potable en puntos altos y sectores periféricos sigue siendo irregular, generando protestas y malestar entre la población.